En el marco de la Reunión de Comisión Directiva del Programa Cooperativo para el Desarrollo Tecnológico Agroalimentario y Agroindustrial del Cono Sur (Procisur), Silvia Massruhá y Nicolás Bronzovich -presidentes de Embrapa e INTA, respectivamente- acordaron ampliar y reforzar el intercambio de conocimientos y la planificación conjunta para promover el desarrollo agrícola de ambos países. Mediante la firma de una nueva adenda, extendieron y ampliaron el marco de trabajo establecido entre ambos organismos. El objetivo es continuar desarrollando proyectos compartidos y sumar nuevas líneas de acción centradas en investigación, innovación y articulación institucional. Al respecto, Nicolás Bronzovich destacó que la firma del acuerdo bilateral entre el INTA y Empresa Brasilera de Pesquisa Agropecuaria (Embrapa) representa la renovación de la cooperación y un paso estratégico hacia una mayor articulación en investigación e innovación agroalimentaria entre ambas instituciones. La decisión se apoyó en los resultados obtenidos en años de trabajo coordinado y en la necesidad de sostener un vínculo que demostró ser clave para el avance de diversos programas científicos y técnicos. Ambas instituciones destacaron que la cooperación permite integrar capacidades, compartir metodologías y agilizar procesos que requieren equipos complementarios. El acuerdo contempla áreas estratégicas en las que INTA y Embrapa ya mantienen colaboración activa. Una de ellas es la tecnología aplicada al agro. Los equipos de ambos países vienen trabajando en edición génica, marcadores moleculares y transgénesis. La actualización del convenio busca facilitar el intercambio de protocolos, promover investigaciones conjuntas y acelerar la adopción de tecnologías en el sistema productivo. Otra línea destacada es el trabajo sobre recursos genéticos vegetales y animales. Tanto INTA como Embrapa administran bancos de germoplasma de referencia para la región, y la cooperación incluye acciones de clasificación, caracterización y conservación. Esta articulación también se conecta con redes científicas internacionales en las que ambos organismos participan activamente. La mejora genética constituye otro eje central. Las instituciones combinan técnicas tradicionales con herramientas modernas y, mediante este convenio, refuerzan la coordinación de estudios, la circulación de información y la posibilidad de formar equipos binacionales para proyectos específicos. La adenda también incorpora acciones vinculadas con la investigación orientada al desarrollo y la transferencia tecnológica. Se busca fortalecer proyectos territoriales, mejorar la llegada de los resultados de la investigación a los productores y promover actividades de capacitación conjunta. El acuerdo apunta a facilitar la movilidad de profesionales y a generar instancias de intercambio que permitan escalar experiencias exitosas. Desde ambas instituciones destacaron que la actualización del convenio permite mantener una agenda conjunta activa, flexible y abierta a incorporar nuevos temas según las necesidades que surjan. Subrayaron además que el fortalecimiento institucional es un componente clave del acuerdo, dado que facilita la planificación, la gestión de proyectos y la consolidación de equipos técnicos. INTA y Embrapa coincidieron en que el trabajo conjunto potencia la capacidad de respuesta de cada organización y favorece la producción de conocimiento útil para los sistemas agrícolas de ambos países. La nueva adenda consolida una cooperación que se apoya en resultados previos y proyecta nuevas oportunidades para el desarrollo científico y tecnológico del sector.