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Cómo la innovación científica exige nuevas formas de comunicar y etiquetar alimentos

Herramientas como la trazabilidad avanzada, el blockchain alimentario y los claims validados por inteligencia artificial abren el camino hacia una comunicación más honesta, basada en datos y storytelling tecnológico.

  • 23/12/2025 • 11:10
Fotos: Banco de imágenes

Escrito por: Eugenia Bonanno, Bromatóloga, consultora en Nutritech IA

 

Cuando la ciencia avanza más rápido que el lenguaje

La industria alimentaria atraviesa una de las transformaciones más profundas de su historia. Ingredientes desarrollados mediante fermentación de precisión, proteínas alternativas, bioactivos producidos por microorganismos y sistemas de formulación optimizados por inteligencia artificial ya no son escenarios futuristas, sino realidades comerciales. Sin embargo, mientras la ciencia avanza con una gran velocidad, la forma en que comunicamos esos avances no siempre logra acompañarla.

El resultado es una tensión creciente entre innovación y percepción. Productos con un altísimo respaldo científico conviven con consumidores que demandan cada vez más transparencia, claridad y sentido. El desafío ya no es solo demostrar que un alimento o suplemento es seguro y eficaz, sino explicar cómo, por qué y para qué fue desarrollado. En este contexto, el lenguaje tradicional del marketing alimentario, basado en simplificaciones, claims genéricos o términos confusos, comienza a mostrar sus límites.

La confianza del consumidor se ha convertido en el activo más valioso para las marcas de base científica. Y esa confianza no se construye ocultando la tecnología, sino comunicándola mejor. Aquí emerge un nuevo paradigma: el de la clean science, una evolución necesaria del concepto de clean label, que propone no eliminar la ciencia del discurso, sino hacerla comprensible, verificable y transparente. 

De “clean label” a “clean science”: un cambio de paradigma inevitable

Durante más de una década, el clean label funcionó como respuesta a una demanda clara: menos ingredientes artificiales, etiquetas más simples y mayor naturalidad percibida. Esta tendencia fue clave para impulsar reformulaciones, eliminar aditivos cuestionados y acercar la industria a las expectativas del consumidor.

Hoy, muchos de los desarrollos más relevantes de la industria no pueden explicarse únicamente con una lista corta de ingredientes. ¿Cómo comunicar una proteína producida por fermentación de precisión? ¿O un bioactivo idéntico al natural, pero obtenido sin extracción vegetal ni animal? En estos casos, la simplificación excesiva puede generar más confusión que claridad.

"La clean science propone un enfoque distinto: no esconder los procesos científicos, sino explicarlos de forma accesible. Implica pasar del “sin” al “cómo”. No se trata solo de decir que un producto no contiene ciertos ingredientes, sino de mostrar qué tecnología se utilizó, por qué es segura, cuál es su impacto ambiental y qué evidencia respalda sus beneficios."

Este cambio de paradigma reconoce una realidad fundamental: el consumidor actual no rechaza la ciencia, rechaza la falta de transparencia. Cuando la tecnología se percibe como incomprensible, aparece la desconfianza. En cambio, cuando se la contextualiza y se la comunica con honestidad, puede convertirse en un diferencial positivo.

El consumidor frente a la biotecnología alimentaria: curiosidad, dudas y expectativas

El consumidor contemporáneo es más informado que nunca, pero no necesariamente más experto. Tiene acceso a datos, estudios y opiniones, pero también está expuesto a desinformación y titulares alarmistas. En este contexto, la biotecnología alimentaria despierta una combinación de interés y cautela.

Por un lado, existe una clara atracción por productos que prometen beneficios concretos: mejor salud digestiva, longevidad, bienestar mental, menor impacto ambiental o soluciones éticas frente a la producción animal tradicional. Por otro, persisten temores asociados a lo “artificial”, lo “manipulado” o lo “demasiado industrial”.

Este fenómeno revela una brecha clave: la distancia entre el lenguaje científico y el lenguaje cotidiano. La mayoría de los consumidores no necesita entender los detalles técnicos de un proceso biotecnológico, pero sí necesita confiar en que ese proceso es seguro, controlado y alineado con sus valores. La desconfianza no surge de la ciencia en sí, sino de la ausencia de explicaciones claras y coherentes.

Aquí es donde la comunicación juega un rol estratégico. Las marcas que logren traducir la complejidad científica en mensajes comprensibles, sin caer en el marketing vacío, estarán mejor posicionadas para construir relaciones duraderas con sus audiencias.

Nuevos sellos: cuando la certificación debe evolucionar con la ciencia

Los sellos y certificaciones han sido históricamente herramientas clave para generar confianza. Sin embargo, la proliferación de logos en los envases ha llevado a un fenómeno conocido como label fatigue: demasiada información visual, poca comprensión real. Además, muchos sellos tradicionales están enfocados en atributos que ya no capturan toda la complejidad de la innovación actual.

En respuesta a esta limitación, comienzan a emerger nuevas formas de certificación que ponen el foco en procesos, trazabilidad e impacto medido. Sellos que no solo indican qué es un producto, sino cómo fue producido, con qué tecnología y bajo qué estándares de control.

Más que sumar logos, la clave estará en integrar la certificación dentro de una narrativa coherente, donde cada aval tenga un rol explicativo y no solo decorativo.

 

Blockchain alimentario: trazabilidad que se convierte en relato verificable

La trazabilidad siempre fue importante en la industria alimentaria, pero su función tradicional estaba limitada a la logística y la seguridad. Con la incorporación del blockchain, la trazabilidad adquiere una nueva dimensión: se convierte en una herramienta de comunicación y confianza.

El blockchain permite registrar de forma inmutable cada etapa del ciclo de vida de un producto: origen de los insumos, procesos de transformación, controles de calidad, certificaciones y distribución. Para el consumidor, esto se traduce en la posibilidad de acceder a información verificable con un simple código QR.

Lo relevante no es que el consumidor entienda cómo funciona el blockchain, sino que perciba lo que habilita: transparencia, coherencia y trazabilidad real. En productos de alto valor tecnológico , como ingredientes funcionales, suplementos o proteínas alternativas, esta tecnología puede transformar la etiqueta en una puerta de entrada a la historia completa del producto.

Así, la trazabilidad deja de ser un dato técnico y se convierte en un relato verificable, donde cada afirmación puede ser respaldada por evidencia accesible.

Storytelling tecnológico: cómo contar la ciencia sin perder emoción

Uno de los grandes desafíos de la comunicación científica es evitar que la información se perciba como fría o distante. Aquí es donde el storytelling tecnológico cobra protagonismo. Contar la ciencia no significa abrumar con datos, sino construir una narrativa que conecte problema, solución y beneficio.

Un buen storytelling tecnológico parte de una necesidad real: un desafío de salud, sostenibilidad o eficiencia. Luego introduce la innovación científica como respuesta a ese problema, explicando de manera clara qué la hace diferente. Finalmente, traduce ese avance en un beneficio tangible para el consumidor.

 

Conclusión: la transparencia como nueva ventaja competitiva

La biotecnología alimentaria no solo está redefiniendo cómo se producen los alimentos, sino también cómo deben comunicarse. En un escenario donde la confianza es frágil y el consumidor exige coherencia, la transparencia se posiciona como la nueva ventaja competitiva para entender qué estamos consumiendo y por qué podemos confiar en ello. 

Las marcas que logren integrar ciencia, datos y storytelling de forma honesta estarán mejor preparadas para liderar el futuro de la alimentación.