The Good Food Institute ha publicado recientemente &laquo;2023 State of the Industry: Plant-based meat, seafood, eggs and dairy&raquo; en el que destaca no s&oacute;lo los avances significativos en el mercado de las prote&iacute;nas vegetales, sino tambi&eacute;n los obst&aacute;culos a los que se enfrenta este sector en crecimiento. Un sector en constante innovaci&oacute;n La industria de alimentos plant-based o de origen vegetal contin&uacute;a su expansi&oacute;n con el lanzamiento de productos innovadores que buscan emular la experiencia de los productos de origen animal tradicionales. Grandes compa&ntilde;&iacute;as como Tyson, Nestl&eacute; o Kraft Heinz han lanzado al mercado un bistec vegetal, sushi plant-based y alternativas vegetales a quesos y a helados, demostrando la creciente aceptaci&oacute;n y demanda de estos productos. Sin embargo, a pesar de estas innovaciones, el mercado en EE. UU., pionero en explorar muchas de estas oportunidades, ha experimentado una leve disminuci&oacute;n en ventas en el &uacute;ltimo a&ntilde;o, lo que refleja que todav&iacute;a quedan muchos retos por solucionar. En su mayor&iacute;a asociados al precio (sigue siendo superior a los productos c&aacute;rnicos tradicionales) y a la percepci&oacute;n del consumidor (principalmente en propiedades como el sabor y la textura). El informe se&ntilde;ala que las ventas totales de alimentos plant-based en EE. UU. alcanzaron los $8.1 mil millones en 2023, una cifra importante pero ligeramente menor que el a&ntilde;o anterior. Esta disminuci&oacute;n apunta a la necesidad de adaptar las estrategias de mercado para mejorar la percepci&oacute;n de valor y satisfacer las expectativas de los consumidores. Adem&aacute;s, destaca que, aunque los consumidores contin&uacute;an comprando, hay espacio considerable para obtener una mayor fidelidad y frecuencia de consumo si se consiguen mejoras en el sabor y en el precio de estos productos. <p style="text-align: center;"> Avances en ciencia y tecnolog&iacute;a para satisfacer las demandas de los consumidores En Espa&ntilde;a, seg&uacute;n una encuesta del Observatorio de consumo de alimentaci&oacute;n plant- based, el 31,2% ya consume estos productos a diario y el 47.6% ha incorporado estos productos como complementarios a los productos de origen animal en su dieta habitual. Desde el desarrollo de nuevas fuentes de prote&iacute;nas y emulsionantes naturales hasta la mejora de las tecnolog&iacute;as para texturizar alternativas a la carne, los avances tecnol&oacute;gicos han sido fundamentales para superar algunos de los mayores desaf&iacute;os de la industria y poder dar respuesta al mercado. Estos progresos son esenciales para salvar la brecha entre los productos plant-based y los de origen animal en t&eacute;rminos de sabor, textura y valor nutricional. La actividad de AINIA en el campo de los alimentos de origen vegetal y prote&iacute;nas alternativas, engloba diversas l&iacute;neas tecnol&oacute;gicas clave que est&aacute;n orientadas a impulsar la sostenibilidad y la innovaci&oacute;n en la industria alimentaria, sin olvidar que deben ser productos atractivos (calidad sensorial) y nutritivos para los consumidores. Estas innovaciones se dirigen, por una parte, a modificar las propiedades estructurales, nutricionales y sensoriales de los ingredientes vegetales de partida y, por otra parte, a generar a partir de dichos ingredientes, nuevas estructuras alimentarias gracias a la aplicaci&oacute;n y conocimiento en diferentes estrategias tecnol&oacute;gicas (fermentaci&oacute;n, extrusi&oacute;n de baja y de alta humedad, producci&oacute;n de emulsiones y geles, etc.) En este sentido, hemos aplicado la tecnolog&iacute;a de extrusi&oacute;n de baja humedad que da lugar a la Prote&iacute;na Vegetal Texturizada (TVP) y la extrusi&oacute;n de alta humedad (HMEC: High Moisture Extrusion Cooking), para desarrollar nuevos alimentos a partir de prote&iacute;nas alternativas a las procedentes de la carne y el pescado. La extrusi&oacute;n es un proceso que permite crear texturas y formas diferenciadas, lo cual es esencial para emular productos c&aacute;rnicos y de pescado con ingredientes vegetales. Concretamente, bajo el marco del proyecto VEGEXT, hemos realizado avances en el empleo de otras fuentes proteicas alternativas a la soja, como son el c&aacute;&ntilde;amo, los insectos o los cereales para el desarrollo de an&aacute;logos c&aacute;rnicos. Tambi&eacute;n en el proyecto EXT4VEG se han evaluado fuentes proteicas alternativas para la obtenci&oacute;n de an&aacute;logos c&aacute;rnicos y al pescado. El desarrollo de nuevas grasas estructuradas a partir de aceites vegetales, la mejora del perfil sensorial de las materias primas vegetales, mediante desodorizaci&oacute;n con Fluidos Supercr&iacute;ticos (FSC) y, el desarrollo de case&iacute;na recombinante mediante procesos fermentativos de precisi&oacute;n, han sido las tres l&iacute;neas tecnol&oacute;gicas de mejora abordadas en el proyecto FERVELACT II. Desarrollos que nos han permitido dise&ntilde;ar nuevos productos an&aacute;logos l&aacute;cteos veganos, con propiedades sensoriales y nutricionales mejoradas. Tambi&eacute;n investigamos en el marco del proyecto SUPRALEM, la producci&oacute;n de ingredientes funcionales a partir de biomasas acu&aacute;ticas, como microalgas y lenteja de agua (lemna), que son fuentes ricas en prote&iacute;nas, vitaminas (B12) y otros nutrientes esenciales. Estas pueden ser incorporadas en alimentos plant-based para enriquecerlos. Biotecnolog&iacute;a aplicada al desarrollo de nuevos ingredientes y alimentos AINIA tambi&eacute;n se centra en la aplicaci&oacute;n de la biotecnolog&iacute;a para el desarrollo de alimentos fermentados que simulen a productos de origen animal, como quesos y yogures. Esto se logra mediante el uso de cultivos iniciadores y enzimas que pueden reproducir las caracter&iacute;sticas sensoriales de los productos animales bajo condiciones de proceso espec&iacute;ficas. Esta l&iacute;nea de investigaci&oacute;n abre nuevas posibilidades para la creaci&oacute;n de productos de origen vegetal que no s&oacute;lo son sostenibles, sino que tambi&eacute;n ofrecen experiencias gustativas comparables a sus equivalentes de origen animal.