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La ciencia del diseño de packaging persuasivo

Diferenciar un producto entre muchas opciones de la góndola es un desafío que las marcas deben superar aprovechando las herramientas del diseño del packaging persuasivo, que no solo de visibilidad a la marca sino que también concrete la acción de comrpa.  

  • 21/11/2025 • 00:00

Por: Hernán Braberman es Socio y Director Creativo de la agencia argentina de packaging Tridimage.

El cerebro del comprador toma decisiones de compra en apenas 3 segundos, procesando imágenes 60,000 veces más rápido que el texto. El contraste inteligente, la simplicidad estratégica y la dominancia visual son las claves para atravesar el ruido del supermercado.

Pero captar la atención es solo el primer paso. Una vez que se logra visibilidad, ¿cómo se transforma ese segundo de atención en una decisión de compra? ¿Qué elementos hacen que un comprador elija tu producto sobre la alternativa que está justo al lado?

La revolución del color 

Cada categoría de productos ha desarrollado códigos cromáticos que los compradores han aprendido inconscientemente. Violar estos códigos puede crear confusión; aprovecharlos estratégicamente puede generar ventajas competitivas significativas.

Pero aquí surge una tensión interesante: seguir los códigos de categoría facilita la comprensión pero puede limitar la diferenciación. Las marcas más innovadoras han aprendido a romper códigos cromáticos de manera calculada, creando diferenciación sin sacrificar claridad comunicacional.

Un dato revelador: cambiar los colores asociados con una marca establecida incrementa el tiempo de reconocimiento en 1,2 segundos promedio. En categorías de compra rápida, este retraso puede ser letal para las ventas.

Cuando el packaging cuenta historias

Los compradores no solo buscan productos; buscan soluciones a problemas, experiencias deseables y, cada vez más, propósitos con los que puedan identificarse. El diseño de packaging más efectivo no solo comunica qué es el producto, sino qué promete en la vida del comprador.

Esta narrativa debe ser instantáneamente comprensible. Una imagen de una familia feliz desayunando puede comunicar más sobre un cereal que párrafos de información nutricional. Una fotografía del producto siendo usado en contexto real genera más confianza que ilustraciones idealizadas.

La investigación comportamental confirma que los envases con fuerte conexión emocional incrementan las tasas de compra en hasta 50% comparado con aquellos que solo comunican funcionalmente.

Midiendo lo que realmente importa

La única métrica que verdaderamente importa en el diseño de packaging es si el comprador pone el producto en su carrito. Todo lo demás son medios para ese fin. Las metodologías modernas de investigación comportamental permiten medir no solo las intenciones declaradas de los compradores, sino sus comportamientos reales bajo condiciones controladas.

El seguimiento ocular revela dónde miran realmente. Las pruebas comportamentales muestran qué eligen realmente. Los análisis de ventas confirman qué compran realmente. Solo la integración de estas tres fuentes de información permite optimizar packaging con precisión científica.

Los errores que destruyen marcas

La investigación muestra que gran parte de los rediseños de envases no mejoran el rendimiento respecto a la versión anterior. Peor aún, a menudo lo empeoran significativamente. Estos fracasos raramente se deben a problemas estéticos, sino a malentendidos fundamentales sobre cómo los compradores procesan información visual.

El error más común es perder activos distintivos, aquellos elementos que los compradores habían aprendido a asociar con la marca. Otro error frecuente es agregar complejidad visual en lugar de simplificar. Un tercero es rediseñar sin considerar el contexto competitivo específico donde el producto será visto.

Rediseñar sin preservar activos distintivos es como cambiar de nombre sin avisar: tus clientes te buscarán, pero no te encontrarán. El archiconocido rediseño fallido de Tropicana le significó una baja brutal de 20% de las ventas, en tan solo mes y medio. Y no sólo eso: varios de sus competidores directos crecieron en ventas durante ese periodo más de un 10%.

El futuro: IA y optimización continua

Las tecnologías emergentes están revolucionando cómo validamos y optimizamos el diseño de empaques. Algoritmos de visión artificial pueden ahora predecir la efectividad de un diseño analizando sus componentes visuales contra bases de datos de comportamiento real. Lo que antes requería semanas de investigación, ahora puede evaluarse en minutos.

Esta democratización del conocimiento comportamental está nivelando el campo de juego. Las marcas más pequeñas pueden ahora acceder a herramientas de optimización que antes estaban reservadas para corporaciones con presupuestos millonarios de investigación.

La invisibilidad ya no es inevitable

En un mercado donde la atención es el recurso más escaso, la invisibilidad ya no puede atribuirse a mala suerte o presupuestos limitados.

El diseño de packaging efectivo no es magia: es ciencia aplicada. Es comprender que cada elemento visual es una hipótesis sobre el comportamiento del comprador que puede y debe ser validada. Es reconocer que el verdadero competidor no son otras marcas, sino la tendencia natural del cerebro humano a filtrar y olvidar.

Las marcas que dominen esta ciencia aplicada del diseño no solo lograrán atravesar el ruido visual del mercado contemporáneo. Lograrán algo mucho más valioso: crear conexiones genuinas y duraderas con compradores que, en un mundo de opciones ilimitadas, elegirán consistentemente sus productos.

La performance en el punto de venta ya no es una aspiración. Es una ciencia. Y como toda ciencia, favorece a los diseñadores y a los dueños de marcas que la estudian, la comprenden y la aplican con disciplina y precisión.