Escrito por: Eugenia Bonanno, Bromat&oacute;loga &nbsp; <p dir="ltr">La industria respondi&oacute; de distintas maneras. Primero llegaron los edulcorantes artificiales como la sacarina, el aspartamo o la sucralosa. Durante d&eacute;cadas fueron la alternativa &ldquo;light&rdquo;, pero pronto se ganaron la desconfianza del consumidor, acusados de artificiales, poco naturales y con posibles efectos indeseados sobre el metabolismo. <p dir="ltr">En ese contexto emergi&oacute; un nuevo paradigma: endulzar con ciencia y naturaleza al mismo tiempo. Los edulcorantes del futuro no solo prometen dulzor sin calor&iacute;as, sino tambi&eacute;n transparencia (clean label), beneficios funcionales y producci&oacute;n sostenible. <p dir="ltr">Hoy, la revoluci&oacute;n del &ldquo;post-az&uacute;car&rdquo; tiene tres pilares claros: <p dir="ltr">Edulcorantes naturales de nueva generaci&oacute;n, como los glic&oacute;sidos de estevia obtenidos por fermentaci&oacute;n. &nbsp; <p dir="ltr">Prote&iacute;nas dulces y blends inteligentes que combinan fibras prebi&oacute;ticas con bajo &iacute;ndice gluc&eacute;mico. &nbsp; <p dir="ltr">Biotecnolog&iacute;a aplicada al dulzor, que permite escalar soluciones antes limitadas a la naturaleza. El fin de la era del az&uacute;car <p dir="ltr">Las cifras hablan por s&iacute; solas. Seg&uacute;n datos de la FAO y la Organizaci&oacute;n Mundial de la Salud (OMS), el consumo de az&uacute;car per c&aacute;pita ha comenzado a descender en mercados clave, especialmente en Europa y Norteam&eacute;rica. Am&eacute;rica Latina, aunque sigue teniendo uno de los mayores consumos promedio, tambi&eacute;n est&aacute; mostrando una desaceleraci&oacute;n debido a cambios regulatorios y de h&aacute;bitos. <p dir="ltr">En pa&iacute;ses como M&eacute;xico, Chile o Argentina, la introducci&oacute;n del etiquetado frontal de advertencias y las campa&ntilde;as p&uacute;blicas sobre el impacto del az&uacute;car en la salud est&aacute;n modificando el comportamiento del consumidor. Lo que antes se percib&iacute;a como un capricho de &ldquo;dieta&rdquo; ahora se asocia a una necesidad de salud p&uacute;blica. <p dir="ltr">Pero no se trata solo de la cantidad, sino de la percepci&oacute;n. La categor&iacute;a &ldquo;light&rdquo; de los a&ntilde;os noventa se apoyaba en edulcorantes artificiales. Con el tiempo, los consumidores comenzaron a cuestionar estos ingredientes: &iquest;realmente son seguros a largo plazo?, &iquest;qu&eacute; impacto tienen en el microbioma intestinal?, &iquest;son compatibles con un estilo de vida natural y sostenible? <p dir="ltr">La conclusi&oacute;n es clara: ya no alcanza con &ldquo;menos az&uacute;car&rdquo;. El mercado exige dulzores que sean naturales, limpios y funcionales, y que adem&aacute;s tengan un impacto positivo (o al menos neutro) en la salud metab&oacute;lica. Nuevas estrellas del dulzor natural <p dir="ltr">El futuro del endulzante no se juega en laboratorios aislados ni en plantaciones de ca&ntilde;a, sino en la intersecci&oacute;n entre bot&aacute;nica, biotecnolog&iacute;a y nutrici&oacute;n funcional. Estevia de nueva generaci&oacute;n <p dir="ltr">La estevia fue uno de los primeros &ldquo;edulcorantes naturales&rdquo; que conquistaron la industria. Sin embargo, su regusto amargo y met&aacute;lico limit&oacute; su aceptaci&oacute;n masiva. La ciencia respondi&oacute; con innovaci&oacute;n: hoy se desarrollan glic&oacute;sidos espec&iacute;ficos como el Reb M y el Reb D, obtenidos por fermentaci&oacute;n de precisi&oacute;n. <p dir="ltr">En lugar de extraerlos en peque&ntilde;as cantidades de la hoja de estevia, se utilizan microorganismos dise&ntilde;ados para producirlos en fermentadores, de forma m&aacute;s pura, estable y escalable. &iquest;Resultado? Un dulzor limpio, sin regusto, que puede competir con el az&uacute;car en bebidas, l&aacute;cteos y snacks. Prote&iacute;nas dulces ex&oacute;ticas <p dir="ltr">En la naturaleza existen prote&iacute;nas que, en cantidades m&iacute;nimas, producen un dulzor cientos de veces m&aacute;s intenso que el az&uacute;car, y con un perfil sensorial muy cercano. La taumatina (del fruto katemfe), la brazze&iacute;na (de la Pentadiplandra brazzeana) y la monelina (de la fruta africana Dioscoreophyllum cumminsii) son ejemplos. <p dir="ltr">Estas prote&iacute;nas son estables, no elevan la glucemia y, gracias a la biotecnolog&iacute;a, pueden producirse en fermentadores, sin depender de frutas raras o dif&iacute;ciles de cultivar. Aunque a&uacute;n enfrentan barreras regulatorias, prometen ser parte del portafolio de dulzores premium del futuro. Blends con fibras y prebi&oacute;ticos <p dir="ltr">Una de las estrategias m&aacute;s inteligentes es la combinaci&oacute;n. Blends que suman fibras solubles como inulina, alulosa o fibra de achicoria logran un dulzor balanceado, con volumen y beneficios digestivos. <p dir="ltr">Adem&aacute;s, las fibras prebi&oacute;ticas pueden mejorar la salud intestinal y modular la respuesta gluc&eacute;mica, convirtiendo al edulcorante en un ingrediente funcional m&aacute;s all&aacute; del sabor. Se trata de &ldquo;dulzor inteligente&rdquo;: no solo reemplazar calor&iacute;as, sino agregar valor. <p dir="ltr"> Biotecnolog&iacute;a al servicio del paladar <p dir="ltr">La biotecnolog&iacute;a es la gran habilitadora de esta revoluci&oacute;n. Gracias a la fermentaci&oacute;n de precisi&oacute;n, microorganismos como levaduras y bacterias pueden producir mol&eacute;culas dulces de manera controlada, escalable y sustentable. <p dir="ltr">Lo que antes era un extracto costoso y limitado, ahora puede fabricarse en tanques industriales, reduciendo la presi&oacute;n sobre recursos naturales y asegurando la consistencia sensorial. <p dir="ltr">Startups como Sweegen ya comercializan glic&oacute;sidos de estevia y prote&iacute;nas dulces obtenidos por biotecnolog&iacute;a. Su propuesta es doble: <p dir="ltr">Sensorial: mejorar el perfil del dulzor, eliminando regustos. &nbsp; <p dir="ltr">Ambiental: reducir la huella h&iacute;drica y de carbono en comparaci&oacute;n con el cultivo tradicional de ca&ntilde;a de az&uacute;car o ma&iacute;z para jarabes. &nbsp; <p dir="ltr">Adem&aacute;s, la fermentaci&oacute;n permite dise&ntilde;ar blends a medida, adaptados a categor&iacute;as espec&iacute;ficas: bebidas carbonatadas, yogures, galletas o chocolates. <p dir="ltr">Startups latinas y escalamiento industrial <p dir="ltr">Am&eacute;rica Latina, conocida hist&oacute;ricamente por ser gran productora de az&uacute;car de ca&ntilde;a, comienza a virar hacia la innovaci&oacute;n. Brasil: biotecnolog&iacute;a aplicada a la stevia <p dir="ltr">Brasil concentra varias iniciativas acad&eacute;micas y startups que buscan producir estevia de fermentaci&oacute;n. Empresas locales trabajan en asociaci&oacute;n con multinacionales para introducir glic&oacute;sidos avanzados en bebidas y l&aacute;cteos. Adem&aacute;s, el pa&iacute;s es pionero en proyectos que combinan estevia fermentada + fibras locales, logrando blends adaptados al paladar latino. M&eacute;xico: blends funcionales y bebidas <p dir="ltr">M&eacute;xico, uno de los pa&iacute;ses con mayor consumo de az&uacute;car, es tambi&eacute;n uno de los m&aacute;s afectados por la diabetes tipo 2. Startups mexicanas exploran mezclas que combinan alulosa, fibras y extractos de frutas para crear bebidas y snacks con bajo &iacute;ndice gluc&eacute;mico. El reto est&aacute; en el costo de producci&oacute;n y la aceptaci&oacute;n masiva, pero el mercado es enorme. Argentina y Chile: academia y escalamiento <p dir="ltr">En Argentina y Chile, grupos de investigaci&oacute;n en biotecnolog&iacute;a alimentaria trabajan en la producci&oacute;n de prote&iacute;nas dulces y en el desarrollo de alulosa a escala piloto. Aunque todav&iacute;a no hay grandes players comerciales, se observa un puente entre la investigaci&oacute;n acad&eacute;mica y la creaci&oacute;n de startups. Desaf&iacute;os comunes <p dir="ltr">Escalabilidad: pasar del laboratorio a la planta industrial requiere inversi&oacute;n fuerte. &nbsp; <p dir="ltr">Regulaci&oacute;n: no todos los pa&iacute;ses latinoamericanos tienen normativas claras sobre prote&iacute;nas dulces o alulosa. &nbsp; <p dir="ltr">Costos iniciales: aunque bajan con la tecnolog&iacute;a, a&uacute;n son un obst&aacute;culo frente al az&uacute;car barato. <p dir="ltr">Dulzor y nutrici&oacute;n personalizada <p dir="ltr">El futuro del dulzor no se limita al &ldquo;sabor&rdquo;. Est&aacute; cada vez m&aacute;s ligado a la nutrici&oacute;n personalizada. Microbioma y edulcorantes <p dir="ltr">Estudios recientes muestran que algunos edulcorantes artificiales (como la sucralosa) pueden alterar la composici&oacute;n del microbioma intestinal, afectando la tolerancia a la glucosa. En contraste, fibras prebi&oacute;ticas dulces como la inulina no solo endulzan, sino que alimentan bacterias beneficiosas, mejorando la salud digestiva. <p dir="ltr">Esto abre un nuevo eje de diferenciaci&oacute;n: no se trata solo de endulzar sin calor&iacute;as, sino de endulzar cuidando el ecosistema intestinal. Respuesta gluc&eacute;mica individual <p dir="ltr">La misma cantidad de az&uacute;car puede provocar respuestas distintas en diferentes personas. Plataformas de nutrici&oacute;n de precisi&oacute;n, que combinan datos de glucosa en tiempo real, microbioma y gen&eacute;tica, podr&iacute;an recomendar el blend de edulcorantes ideal para cada individuo. Conclusi&oacute;n: el placer reinventado <p dir="ltr">El az&uacute;car ya no es el protagonista absoluto del dulzor. Su lugar est&aacute; siendo ocupado por un ecosistema diverso: estevia de fermentaci&oacute;n, prote&iacute;nas dulces ex&oacute;ticas, blends con fibras y edulcorantes dise&ntilde;ados a medida. <p dir="ltr">La biotecnolog&iacute;a es el motor que hace posible esta transici&oacute;n, y Am&eacute;rica Latina empieza a participar activamente con startups, investigaci&oacute;n y alianzas estrat&eacute;gicas. <p dir="ltr">El futuro del dulzor no es simplemente &ldquo;sin az&uacute;car&rdquo;. Es un dulzor reinventado, m&aacute;s limpio, m&aacute;s sostenible y potencialmente m&aacute;s beneficioso para la salud. <p dir="ltr">En los pr&oacute;ximos a&ntilde;os, hablar de &ldquo;edulcorante&rdquo; ya no ser&aacute; una categor&iacute;a homog&eacute;nea, sino un men&uacute; de opciones ajustadas a gustos, microbiomas y estilos de vida. <p dir="ltr">&nbsp; &nbsp;