La historia y la cultura determinan patrones de consumo y en Argentina pocos bienes tienen un lugar tan importante en el humor social como la carne vacuna. Un hogar argentino de clase baja consume m&aacute;s carne vacuna que uno de clase alta en pa&iacute;ses europeos con niveles de ingreso que pueden quintuplicar los de un argentino promedio. La p&aacute;gina de relevamiento de precios Numbeo marca que el precio local de la carne vacuna es de los m&aacute;s bajos del mundo. Argentina se ubica 90 de 107 pa&iacute;ses relevados. Ac&aacute; un kilo de carne vacuna cuesta cinco veces menos que en Holanda o Noruega. Es decir, lo que en buena parte del mundo es un bien de lujo en Argentina es esencial. Pero incluso un consumo tan relevante como este se reduce en contextos de crisis. Desde 1991 la demanda per c&aacute;pita de carne vacuna cay&oacute; casi 40%, y desde 2009 la ca&iacute;da super&oacute; el 30%. Si bien hay cuestiones relacionadas a lo cultural y a la aparici&oacute;n con fuerza de bienes sustitutos, parte no menor de la evoluci&oacute;n de la demanda de carne vacuna debe ser buscada en su precio. Hasta 2009 el consumo y precio relativo (el precio de la carne en relaci&oacute;n con el resto de los precios de la econom&iacute;a) crec&iacute;an levemente, a tono con una econom&iacute;a que creaba empleo y aumentaba sus niveles de ingreso. Pero la imposici&oacute;n de un l&iacute;mite a las exportaciones impact&oacute; sobre las decisiones de inversi&oacute;n, lo cual tiempo despu&eacute;s increment&oacute; significativamente el precio de los distintos cortes. Para 2010 la relaci&oacute;n precio de la carne/resto de los precios de la econom&iacute;a se hab&iacute;a duplicado y el consumo tocaba un m&iacute;nimo hasta ese momento no visto ni en la crisis del 2002. Luego de ese shock, el precio relativo se mantuvo algo m&aacute;s estable, pero para 2020 se observ&oacute; una nueva divergencia que contrajo a&uacute;n m&aacute;s la demanda. Hoy el consumo es el m&aacute;s bajo de la historia. Estos datos coinciden con los resultados de la encuesta realizada por ShopApp, en donde m&aacute;s del 43% de los argentinos declara haber disminuido su consumo de carne en los &uacute;ltimos a&ntilde;os. Este n&uacute;mero est&aacute; sobre indexado entre mujeres y mayores de 50 a&ntilde;os. Asimismo, el 17% declara tener intenciones de consumir menos carne. Esta tendencia es superior entre menores de 25 a&ntilde;os (21%) y NSE bajos (21%). <p style="text-align:center"> El 65% de los argentinos que redujeron su consumo de carne, lo hicieron principalmente por el precio. Este n&uacute;mero est&aacute; sobre indexado en NSE bajos (71%). Un 26% redujo su consumo por la concientizaci&oacute;n sobre el cuidado del medio ambiente y los derechos de los animales. Este n&uacute;mero asciende a 34% entre mujeres y 39% en NSE medios. <p style="text-align:center"> En el siguiente gr&aacute;fico se observa la relaci&oacute;n precio cantidad en el mercado. En el chart de la derecha se puede observar la relaci&oacute;n entre la variaci&oacute;n del precio y de las cantidades. En 2021 el consumo per c&aacute;pita cay&oacute; 5% mientras que el precio relativo aument&oacute; cerca de 30%. En la gran mayor&iacute;a de los casos la relaci&oacute;n es inversa: cuando el precio crece por encima de la inflaci&oacute;n, el consumo cae. <p style="text-align:center"> No sorprende que esta sea la principal raz&oacute;n, ya que por un lado, el precio aument&oacute; mucho, por otro los niveles de ingreso cayeron como pocas veces en la historia argentina, pero adem&aacute;s, la relaci&oacute;n entre el precio de la carne vacuna y el de otras opciones con aportes similares de prote&iacute;nas incentivaron la sustituci&oacute;n. Es que tanto el precio del pescado como el del pollo crecieron la mitad que el de la carne vacuna en el mismo per&iacute;odo. Consumo de carne en baja A tono con estos datos, recientes estudios elaborados por la consultora W encontraron familias de clase baja, pero tambi&eacute;n de clase media baja, que declaran no comer carne vacuna desde hace m&aacute;s de un a&ntilde;o. El caso de la carne vacuna es interesante porque marca que, incluso en bienes con un alto valor simb&oacute;lico, los incentivos gu&iacute;an decisiones econ&oacute;micas. Precios relativos, opciones de bienes sustitutos, niveles de ingresos, entre otros, determinan los niveles de consumo de cada grupo o producto. Entender esas elasticidades es clave a la hora de tomar decisiones de precios y propuestas comerciales. La causa vegana/vegetariana en Argentina Aunque casi el 80% de los consumidores est&aacute;n de acuerdo con la causa, s&oacute;lo el 7% adhiere efectivamente desde el consumo. El acuerdo es superior entre mujeres (90%), y NSE altos (91%), mientras que la adhesi&oacute;n est&aacute; sobre indexada entre menores de 25 a&ntilde;os (11%) y NSE medios (10%). <p style="text-align:center"> Razones detr&aacute;s del veganismo/vegetarianismo La b&uacute;squeda de una mejor nutrici&oacute;n, la concientizaci&oacute;n sobre el cuidado del medio ambiente y sobre los derechos de los animales, son las principales razones para elegir una dieta plant based. La nutrici&oacute;n es la raz&oacute;n m&aacute;s elegida entre hombres mientras que la concientizaci&oacute;n sobre derechos de los animales es la m&aacute;s elegida por las mujeres. <p style="text-align:center"> Consumo de l&aacute;cteos Plant Based El 27% de los consumidores argentinos, reemplaz&oacute; alg&uacute;n producto l&aacute;cteo por productos de origen vegetal. Este n&uacute;mero es superior en mujeres (31%). La leche es el producto m&aacute;s reemplazado por su versi&oacute;n vegetal, especialmente por mujeres de NSE altos y medios. El dulce de leche, tambi&eacute;n elegido por mujeres, es el producto de origen vegetal m&aacute;s sobre indexado entre los NSE bajos. <p style="text-align:center"> Canales de compra Aunque el supermercado es el canal de compra m&aacute;s com&uacute;n para productos plant based, las diet&eacute;ticas tienen un rol muy preponderante para este tipo de dieta: El 44% compra sus productos plant based en diet&eacute;ticas, que son a&uacute;n m&aacute;s populares entre las personas mayores de 50 a&ntilde;os (57%) y NSe medios (51%). <p style="text-align:center"> Rechazo a los l&aacute;cteos Plant Based El precio es la principal barrera de entrada a los productos de origen vegetal: El 41% de los consumidores que no eligen estos productos, seleccionan al precio como raz&oacute;n principal. Este n&uacute;mero es superior entre mujeres, donde asciende a 50%. El gusto, figura como la segunda raz&oacute;n con el 34% de las respuestas. Esta opci&oacute;n es m&aacute;s popular entre los hombres (40%). <p style="text-align:center"> Todav&iacute;a chico, pero potencial Aunque el vegetarianismo y el veganismo a&uacute;n tienen baja adhesi&oacute;n en Argentina (7%), es importante considerar que el 17% de los argentinos desear&iacute;a consumir menos carne. Cuanto m&aacute;s accesibles se vuelvan los productos disponibles y en la medida en que dejar de consumirla se vuelva m&aacute;s f&aacute;cil, existe ese potencial de personas que poco a poco abandonar&aacute;n la carne o consumir&aacute;n menos. El precio es la principal raz&oacute;n de abandono de la carne y la principal barrera de adopci&oacute;n de l&aacute;cteos plant based. En este sentido, las opciones derivadas de cereales m&aacute;s econ&oacute;micos, m&aacute;s que aquellas derivadas de, por ejemplo, frutos secos, que suelen ser m&aacute;s caros, ser&aacute;n claves para desarrollar la categor&iacute;a. Arroz, avena, soja, emergen como las opciones con mayor potencial. Las emociones El 43% de los argentinos ha disminuido su consumo de carne y el 65% de ellos lo hizo porque ya no la puede pagar. Es importante tener en cuenta lo que significa la carne en nuestra cultura. Las reuniones argentinas muchas veces giran en torno al asado, y restringir el consumo de carne porque no se puede pagar, habla de una limitaci&oacute;n clave en t&eacute;rminos emocionales. El clima es de frustraci&oacute;n, enojo y molestia por estos recortes, que ya tienen varios a&ntilde;os de recesi&oacute;n sucesivos. En este sentido, las marcas que opten por ocupar ese espacio, tienen un desaf&iacute;o clave de hablar con emociones que aporten un mensaje de &ldquo;ayuda&rdquo; a los consumidores, que ya ajustaron todo lo que pod&iacute;an ajustar. &nbsp;