Mar&iacute;a Gabriela Guevara, investigadora del CONICET y directora del grupo Bioqu&iacute;mica Vegetal del Instituto de Investigaciones Biol&oacute;gicas (IIB, CONICET-UNMDP), es una de las referentes de BrewSelBar, un proyecto internacional y multidisciplinario que tiene como objetivo central desarrollar un estimulante biol&oacute;gico de semillas enriquecido con selenio y elaborado a partir del extracto del bagazo de cerveza (BSG), uno de los residuos m&aacute;s voluminosos de la industria cervecera. A partir de esta iniciativa se busca simult&aacute;neamente mejorar la tolerancia al estr&eacute;s de la cebada y promover la producci&oacute;n de cervezas funcionales con propiedades ben&eacute;ficas para la salud. <p style="text-align: center;"> El proyecto de investigaci&oacute;n, innovaci&oacute;n y transferencia, surgido desde el laboratorio de Guevara, fue seleccionado para su financiamiento por la Comunidad Europea dentro del programa Horizonte 2024: Marie Sk?odowska-Curie Research and Innovation Staff Exchange y tendr&aacute; una duraci&oacute;n de 5 a&ntilde;os. Durante ese per&iacute;odo se buscar&aacute; el aprovechamiento del contenido nutricional del BSG para desarrollar un bioestimulante que mejore la resistencia de los cultivos frente a los factores estresantes del clima. &ldquo;El proyecto tiene por objetivo agregar valor a subproductos de la industria cervecera, que es prominente en la regi&oacute;n. Queremos generar un bioestimulante para semillas que incremente la tolerancia de las plantas de cebada al estr&eacute;s por sequ&iacute;a y altas temperaturas&rdquo;, afirma la investigadora.. Los objetivos de BrewSelBar se sostienen a partir de la colaboraci&oacute;n entre instituciones acad&eacute;micas y empresas de Argentina y Europa: la Universidad Nacional de Mar del Plata; la cervecer&iacute;a Antares; la Universidad Aut&oacute;noma de Barcelona, Espa&ntilde;a; la Universidad T&eacute;cnica de Dinamarca; la Universidad T&eacute;cnica de Berl&iacute;n, Alemania y las empresas Semillas Battle S.A. de Espa&ntilde;a y Redinn S.R.L. de Italia. El objetivo es trabajar de forma interdisciplinaria y colaborativa para generar una investigaci&oacute;n de alta calidad y proporcionar a los investigadores nuevas competencias, as&iacute; como oportunidades de desarrollo profesional. <p style="text-align: center;"> El innovador proyecto busca al mismo tiempo reducir los residuos industriales y contribuir a una agricultura sostenible, dado que implica el aprovechamiento de un subproducto de la industria cervecera como el bagazo de cebada. Por su alto valor en fibras, actualmente este subproducto se utiliza para producir alimento para animales de granja, sustrato para bioetanol e incluso harina para panificados. &ldquo;Esta ser&iacute;a otra forma de aprovecharlo y valorizarlo, ya que el problema de estos subproductos biol&oacute;gicos es que, al disponerse en basurales, incrementan las emisiones de gases invernaderos. Por eso a este tipo de subproductos se les est&aacute; tratando de buscar nuevos usos&rdquo;, indica la cient&iacute;fica. La aplicaci&oacute;n del bioestimulante en las semillas permitir&aacute; obtener granos de cebada biofortificados con selenio, a partir de los cuales se buscar&aacute; producir cervezas funcionales, inicialmente sin alcohol, que aportar&aacute;n los efectos ben&eacute;ficos para la salud de este micronutriente. En ese sentido, la experta se&ntilde;ala que el selenio es esencial para el correcto funcionamiento del sistema inmunol&oacute;gico y que hay evidencia de la deficiencia de este nutriente en los seres humanos: &ldquo;A nivel mundial, una de cada siete personas tiene una dieta con deficiencia en selenio. Argentina no es una excepci&oacute;n y cuando comemos plantas provenientes de suelos con una baja concentraci&oacute;n de selenio o carne de animales que se alimentan de esas plantas, no estamos incorporando el suficiente selenio en nuestras dietas&rdquo;. Redes cooperativas entre ciencia y empresa El equipo liderado por Guevara lleva m&aacute;s de una d&eacute;cada enfoc&aacute;ndose en la aplicaci&oacute;n de selenio en hortalizas y otros alimentos y, desde hace cerca de cinco a&ntilde;os, ha ampliado su investigaci&oacute;n hacia el desarrollo de bioestimulantes. De acuerdo con la investigadora, para que este tipo de proyectos con potencial impacto productivo puedan llevarse a cabo, es necesario un trabajo previo dedicado a comprender sus aspectos esenciales: &ldquo;Cuando uno est&aacute; desarrollando ciencia b&aacute;sica, a veces cuesta ver el uso potencial a corto plazo, pero hay much&iacute;simos ejemplos en la ciencia en donde algo que no se pensaba para un determinado uso termin&oacute; aplic&aacute;ndose al desarrollo de un mont&oacute;n de productos que actualmente se consumen. Con este proyecto vamos a saber bien en qu&eacute; compuestos org&aacute;nicos de la cerveza que tomamos est&aacute; presente ese micronutriente que la hace funcional y eso es ciencia b&aacute;sica pura&rdquo;, afirma la cient&iacute;fica del CONICET. De esta manera, en los laboratorios del CONICET y la Universidad Nacional de Mar del Plata, el equipo de investigaci&oacute;n realizar&aacute; las pruebas y la siembra de cebada a escala, junto con la aplicaci&oacute;n y la obtenci&oacute;n del biostimulante. &ldquo;El proyecto tendr&aacute; una escala a nivel laboratorio y una escala a nivel producci&oacute;n en una planta piloto. Inicialmente realizaremos la puesta a punto de las t&eacute;cnicas de extracci&oacute;n y de obtenci&oacute;n de este biostimulante. Por lo tanto, lo que vamos a hacer es probar la f&oacute;rmula que ya tenemos y tratar de obtener nuevas formulaciones con diferentes m&eacute;todos de extracci&oacute;n&rdquo;, describe la investigadora. Posteriormente, los investigadores tratar&aacute;n las plantas de cebada y les incorporar&aacute;n el selenio. En los laboratorios europeos van a hacer uso de un acelerador de part&iacute;culas para determinar la concentraci&oacute;n espec&iacute;fica de selenio en los granos y, una vez definida la formulaci&oacute;n se va a aumentar el volumen para sembrar la cebada en el campo. Durante el &uacute;ltimo a&ntilde;o del proyecto, se utilizar&aacute; todo el conocimiento producido para evaluar qu&eacute; variedad de cerveza ser&aacute; la mejor para la cebada que se va a obtener y finalmente iniciar&aacute; la producci&oacute;n en la planta de Antares. &ldquo;Para nosotros va a ser muy importante poder, a partir de una idea que se nos ocurri&oacute; en el laboratorio, llegar a un producto final que se haga en una empresa Argentina y que le d&eacute; a esa empresa un plus en sustentabilidad. Es muy importante para nosotros que las empresas cerveceras del pa&iacute;s puedan contactarnos para generar productos innovadores e incrementar su sustentabilidad&rdquo;, destaca la cient&iacute;fica.